Aún vives mientras sueñas olvidada en la casa.
Su sol no se alcanza sino es por medio de la noche
que es sin memoria.
Vienen los magos,
no recuerdan ahora que nadie vive...
No recordarán que ya no suele haber nadie.
Les diste
el biliuzar que inflama
y os guía en las puertas
el dulce de la casa.
Un mísero esquife
en el océano sin antes...
Luego cada año circundan la faz del abismo,
y la tierra circunda toda tu cintura,
toda la niebla
de la rosa prendida.
Y cuando el sol sea el sol negro
y el cielo quiebre
la mella de luz, el día
inflama...
A oscuras en tu saliva,
de centenal de estrellas…
El esplendor que fulge de la casa.
La mella de luz el día inflama
y agachado el cielo
posa la estrella y vence la matriz,
y borbota la niebla
en aire de la apnea.
Vamos entrando todos,
a respirar quedo
el aire que respira...
Allí donde despiertas toda la casa esplende.
Alumbra
de primavera y se sonríe.
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