martes, 26 de abril de 2016
Libro Suárez y el rey. Página 31. Hay un dato poco conocido y menos conocido y menos valorado que pudo tener alguna influencia en su acercamiento ( de Suárez ) al pensamiento monárquico. En agosto de 1959 -el año que vino el presidente Eisenhower a darle el espaldarazo a Franco- Adolfo Suárez, tras haber vuelto a colaborar unos meses con Fernando Herrero Tejedor dentro ya del Movimiento, en la Delegación Nacional de Provincias, se traslada a Sevilla con veintiseis años y se convierte en secretario particular del gobernador civil, Hermenegildo Altozano, para preparar oposiciones al cuerpo jurídico de la Armada, que no consigue superar. Altozano, oficial togado de la Armada, que le trata con gran prodigalidad y confianza, pertenecía al Consejo Privado de don Juan, con el que gozaba de gran cercanía. Además demostraba una gran independencia y apertura de criterio político, todo ello muy poco usual en aquella época. Es un caso atípico. Entre otras cosas, se negó a vestir la camisa azul, siendo gobernador, algo verdaderamente llamativo entonces. Según Luis María Anson, Hermenegildo Altozano habla largamente con Suárez del futuro de la monarquía y el tema empieza a interesarle.
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