lunes, 1 de agosto de 2016
COMPARTIR TWITTEAR CORREO © elEconomista.es Según las estadísticas, en Alemania hay 41.000 plazas de formación vacantes. Hace pocas semanas el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, declaraba que una de las soluciones al problema del paro juvenil en España y Portugal podría ser que algunos de estos jóvenes optasen a estas plazas. Con la premisa de "Alemania necesita aprendices", el ministro expresaba la buena salud de este tipo de contratos formativos, que además suponen el rejuvenecimiento de las plantillas. Las más populares son el sector de las ventas, la mecatrónica, electrónica, banca y cocina, según la Oficina federal de empleo del país germano. Y es que una de las salidas laborales que cuentan con más inserción laboral en Alemania es la formación profesional dual. Estos estudios, similares a un ciclo formativo en el sistema educativo español, permiten trabajar mientras se está estudiando, al tiempo que se aprende a desempeñar el oficio para el que el alumno se está preparando. Este sistema de prácticas remuneradas es obligatorio a partir del segundo año del estudio (normalmente duran tres años, depende del campo), y proporciona a los estudiantes experiencia laboral, conoci- miento de su futura profesión y es también un balón de oxígeno para las empresas, que cuentan con una "plantilla" de aprendices que en el futuro pueden obtener un puesto de trabajo en esa misma compañía. En la mayoría de las ocasiones incluso contratan directamente a esos aprendices en cuanto finalizan sus estudios. Demandas específicas La mayor dificultad se encuentra en las profesiones muy concretas, cuyas empresas ven difícil encontrar a jóvenes dispuestos a desarrollarse en esos ámbitos laborales, puesto que todavía la elección primordial de la mayoría de los estudiantes se centra en áreas muy poco específicas. No obstante, las cifras dicen que hay más hombres que mujeres ocupando estas plazas formativas. Debido a ello el Instituto federal de Formación Profesional (BIBB) intenta fomentar la inserción de las mujeres en ámbitos, hasta ahora, vistos como puramente masculinos, por ejemplo, la carpintería o la pintura. De los jóvenes que acceden a la formación dual profesional, un 27,5 por ciento tenía estudios secundarios pero no quisieron acceder a la universidad. Estos estudios, denominados en alemán ?ausbildung?, suelen tener una alta tasa de inserción laboral. Es por eso que muchos estudiantes los eligen en detrimento de las carreras universitarias, a pesar de que éstas rondan los 300 euros por trimestre en Alemania.
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